... aunque lo pretendan.
Estamos en campaña electoral, señores. Y se nota. No sólo porque hay inauguraciones, los políticos bajan de sus altas tribunas para mezclarse con la plebe, abrazan niños y estrechan manos. No. Sino también porque es época de promesas, de grandes palabras, de proyectos que compartir juntos. Es época de discursos épicos, de gestos y brindis.
Y es que se mezclan con la plebe a la que desprecian y abrazan niños y estrechan manos que les asquean. Es época de promesas vanas, de grandes palabras vacías, de proyectos que veremos, juntos, cómo se quedan en un cajón. De discursos con fallos épicos, de gestos inútiles y brindis al sol. ¿Que no os lo creéis? Pues os traigo un ejemplo: José Antonio Pérez Tapias.