lunes, 30 de mayo de 2016

Una historia de poniente (VI): Acero valyrio, dentro y fuera del campo de batalla.

Daga de acero valyrio de Meñique. Fuente.
Y, finalmente, ¿para qué habría de servir tanto acero, tanta forja? Sólo para una cosa: para matar. Para derrotar a nuestros enemigos y dejarlos atrás. Para avanzar sin ellos. Eso nos permitió construir, mirar hacia otros lados y, dejando la guerra atrás, mirar al futuro con esperanza. Pues si el acero valyrio fue bueno para destruir, también lo fue para construir. Y su utilidad fue patente desde el primer momento en que se puso a trabajar en otros menesteres.

lunes, 23 de mayo de 2016

Una historia de Poniente (V): Los secretos de los Maestros Forjadores

Grabado medieval de un maestro forjador.
Fuente.
Los Maestros Forjadores eran muy respetados dentro de las casas a las que servían. No sólo ponían sus fabulosas creaciones a disposición de sus señores, sino que además pasaban meses ideando nuevas técnicas de forjado, nuevos materiales, nuevas formas para esas hojas que luego, muchas de ellas, se convertirían en famosas, para mayor gloria de sus dueños y también de sus creadores.

La mayor parte de estas artes permanecieron, y permanecen aún, en secreto, perdidas en la noche de los tiempos, reunidos sus poseedores con el Herrero. Sin embargo, muchos de los Maestros Forjadores que aún viven han recibido sus conocimientos de los Maestros Forjadores de antaño, quienes decidieron legar a sus discípulos no sólo los volúmenes en los que explicaban sus usos y sus artes, sino también la costumbre y la sabiduría de recoger dichos usos y artes en un soporte capaz de aguantar el paso del tiempo mucho mejor que el débil y corruptible cuerpo con que los Siete decidieron dotarnos.

lunes, 16 de mayo de 2016

Una historia de Poniente (IV): las Casas de Poniente


Las armas separaron a las gentes de Poniente en Casas. No sólo por su fuerza, sino también por sus características. De uno y otro confines, llegaban gentes más amistosas con unos que con otros y formaron familias. Unos eran hombres recios y adustos; otros, expertos marinos; otros, bastardos sanguinarios. Así, en base a sus afinidades, a sus parecidos y a sus diferencias, las Casas de Poniente adquirieron una entidad propia.
Blasones y lemas de las principales casas de Poniente, respetando los colores heráldicos propuestos
por G. R. R. Martin en Canción de Hielo y Fuego.

lunes, 9 de mayo de 2016

Una historia de Poniente (III): las armas de los Siete Reinos

Cada vez eran más formidables. Cuanto más rugían los fuegos y tañían los martillos sobre los yunques, mejores armas fabricaban los Maestros Forjadores. El acero se volvía más resistente, más afilado, más duradero. Los maestres venían desde Antigua, enviados por la Ciudadela, para aprender nuestras artes y registrar la ciencia de nuestro forjado. 
Guardajuramentos, espada de acero valyrio forjada a partir de Hielo, el espadón de la familia Stark, por Tywin Lannister.
Entregada a su hijo Jaime, capitán de la Guardia Real, y después a Brienne de Tarth. Fuente.

lunes, 2 de mayo de 2016

Una historia de Poniente (II): los ándalos, los rhoynar y los Primeros Hombres

Pocos, muy pocos quedamos ya que nos acordemos de cómo resistíamos al enemigo en los antiguos tiempos. Realmente, los que tenemos memorias de aquello no vivimos en aquellos tiempos, sino que hemos consultado los antiguos volúmenes, dormidos en vetustas bibliotecas, aguardando a que alguien los levante de los anaqueles. Las ayudas recibidas, el desarrollo de nuevas técnicas, el aprendizaje... todo esto ha mejorado y, por qué no decirlo, también ha pervertido y dejado de lado la función de aquellas maravillosas murallas que construyeran nuestros antepasados ante las primeras invasiones hostiles que quisieron arrasar nuestras tierras. Sin embargo, cuando la amenaza resurge, siguen siendo nuestra primera línea de defensa.