Jules Bianchi, con su eterna sonrisa. |
El diagnóstico inmediato fue el de daño axonal difuso. Su pronóstico ya fue desalentador desde el primer momento. Pero aún así, Jules luchó contra su lesión durante nueve meses y medio. Pero perdió la batalla y su estrella acabó por apagarse. Hoy, en el primer aniversario de aquel terrible accidente, y como homenaje, quiero dedicarle un post sobre su lesión, para que el daño axonal difuso tenga más alcance y, quizá, se aliente así a científicos, médicos y cualesquiera otros profesionales de la sanidad a profundizar en su conocimiento. Y, para ello, voy a tomar el post que ya escribí hace un año, y lo ampliaré en lo posible.