lunes, 29 de junio de 2015

¿A dónde vamos?

Por azares de la vida, resulta que han caído en mis manos varios vídeos que, una vez visionados me han dado muchos repeluznos. Por diversas razones, pero, principalmente, porque me han hecho preguntarme si, como sociedad, hemos perdido el norte. Y quizá, también, porque si vamos partiendo de esta base que os voy a mostrar y a comentar, podríamos explicar muchas de las cosas que venimos observando en la gente que puebla internet estos días. Me refiero a esa gente que tiene deseos maravillosos de salud total y universal y luego proclama que la homeopatía o cualquier otra brujería es la que tiene la llave. Cuando veáis los vídeos lo vais a entender perfectamente. Vamos a ello.


El del coche

Cuando uno ve este anuncio, uno puede pensar: "je, qué simpático...". Está curioso desde luego, como idea para vender coches igual es de las top ten, no digo que no. Pero no puedo dejar de pensar en que el mensaje subyacente es otro totalmente distinto. Aquí, aunque el mensaje directo sea cómprate este coche, se te olvidarán todos los problemas, incluso los de tu hijo con las notas existe un doble fondo en este mensaje que es bastante más peligroso: da igual que tu hijo suspenda o deje de suspender, si te compras el coche todo irá bien.

Yo ahora me siento delante de este mensaje y me pongo a pensar en los esfuerzos, los sacrificios y las dificultades que tuvieron que pasar mis padres para que yo pudiera estudiar. En las tardes haciendo deberes, los fines de semana estudiando y los planes de vida universitaria que deseché para terminar mi carrera. Y en los sinsabores, las amarguras, las lágrimas, el sudor y la sangre que me costó terminar mi doctorado. 

Pues resulta que si me hubiera comprado un coche, no habría habido problema. Habría sido muy feliz con mis cuatro ruedas y me habría dado todo igual. ¡Y a vivir la vida, hombre! Igual es que yo soy muy inocente y pienso que este spot no lo ven los niños, pero si un crío con unas notas similares lo ve, ¿imagináis su respuesta cuando sus padres le pidan que se esfuerce más? Compraos un coche, que yo me voy a jugar al furgol.

La de la corsetería

A este se le pueden encontrar más pegas, desde mi punto de vista. El primero es el puntito machista de estoy buena, pero también soy inteligente, no te vayas a creer, que estudié física. Intentando romper el estereotipo de la chica guapa y tonta, lo único que han hecho ha sido remarcar el tópico de que las chicas inteligentes y guapas no existen. Pero eh, nosotros tenemos la joya de la corona, la hemos encontrado y vende nuestra marca para nosotros. Sí, también pudo ser una eminencia, demostrar que la teoría de cuerdas es cierta o la existencia de multiversos, pero vimos unas fotos suyas y os la traemos aquí. A vosotras, para que la envidiéis: es un coco y encima está que se rompe. Y a vosotros, para que babeéis un poco más (y no voy a comentar esa actitud de tomarnos a todos los tíos como babosos descerebrados). Esta pega se la voy a dejar a otros ámbitos que lo harán mucho mejor que yo.

Yo me voy a centrar en lo que el mensaje nos ha dado a entender a muchos. Estudié física pero alguien envió mis fotos a Intimissimi y me dedico a esto que es mucho mejor, dónde va a parar.

En twitter, por donde me llegó el anuncio, estuvimos discutiendo si este mensaje tenía sentido. Muchos decían que bueno, que no dice que deje la Física, que esto podría ser circunstancial. Que por qué no iba a poder dedicarse a las dos cosas. Quiero dejar claro que me parece perfectamente legítimo que se dedique a las dos cosas, ojo. Es más, me parece perfecto que, pudiendo, se dedique a las dos cosas. Pero en mi humilde opinión, no es esto lo que da a entender la campaña.

En mi humilde opinión, lo que da a entender el anuncio es que esta señorita quería ser investigadora y estudió física. Pero que gracias a unas fotos en unas redes sociales, está ahora haciendo anuncios de lencería. Que podrías ser tú, ojo, si mandas tu vídeo o tus fotos. Así que, ¿para qué seguir estudiando, investigando o lo que sea? Vive mejor, vive más cómodo. A la ciencia que le den. Pero, ¿sabéis qué es lo peor? Que todo es un guión, que ni estudiante ni física ni leches. A esta chica la descubrió un cazatalentos mientras estaba en las fuerzas armadas, según su bio. Todo es un engaño de una campaña publicitaria.

¿A dónde nos lleva esto?

No me digáis que ninguno de vosotros reconoce en estos dos vídeos actitudes que estamos viendo todos los días. Gente que, teniendo oportunidades para progresar, las dejan de lado porque quieren ser modelos, futbolistas o entrar en un reality en el que enseñar sus vergüenzas, dar cuatro gritos y luego ir de tertulianos a programas donde se vocea sobre la vida de alguien que te importa media mierda.

Y es que nos están imponiendo unos modelos que están totalmente fuera de cualquier progreso. Nos están bombardeando, día sí y día también con el triunfo del mediocre. Que mientras puedas imponer tu voz o tu físico a los demás, puedes llegar lejos. Y no sólo eso, sino aprovecharte de los demás. Que el esfuerzo, el estudio y el trabajo no sirven de nada, o de muy poco. No niego que muchos de esos señores y señoras que llegan a lo más alto, lo hayan hecho gracias a muchos sacrificios y a mucho esfuerzo, pero la realidad es que una gran mayoría de ellos no están ahí por sus capacidades. Así que, cuando uno de nuestros hijos ve a un presidente del gobierno cuyo nivel de inglés es un it's very difficult todo eso, ¿qué va a pensar? Pues que lamiendo culos va a llegar más lejos que clavando codos. 

Y ojo que he escogido a nuestro ínclito Mariano Rajoy y no a una Belén Esteban cualquiera. Porque quizá, con el ejemplo de nuestro presidente podríamos añadir que es registrador de la propiedad, que al menos hizo algo... pero cuando cuando el ejemplo de nuestros hijos e hijas es el otro, ¿qué es lo que ven? Pues que es mucho mejor vivir sin mover un dedo. ¿Para qué voy a quedarme estudiando en casa si mis colegas están en la calle? ¿Cómo voy a dejar de ir un fin de semana a hacer balconing por tener un examen? No, hombre no... eso no. A vivir, a disfrutar, que la vida son dos días.

El punto está en que esto puede parecerte más o menos respetable, pero ocurre que, cuando uno toma por norma el ser un zoquete, nos encontramos cada vez más con gente que es incapaz de asumir la realidad. Pensadlo. Las religiones, durante siglos, se han aprovechado de la incultura y el desconocimiento de la gente para subyugarlos y esclavizarlos. Se han aprovechado de la imposibilidad del pueblo para acceder al conocimiento para engañarlos y tenerlos adocenados y tranquilos, fanatizados para la causa. Pues con esto pasa igual. Cuando las pseudociencias atacan, su mejor nicho es aquel en el que hay un desconocimiento, una falta de cultura de la que pueden aprovecharse. Se les convence de que la homeopatía, la medicina tradicional china o los aparatos de electroestimulación son lo último de lo último, que funcionan, que tienen un efecto. Y has conseguido un escudero ciego y fanático que te va a defender tu movida hasta el final. Hasta el punto de convertirse en sectario, como ocurre con algunas cosas como la bioneuroemoción.

No, no estoy levantando una conspiración ni una conspiranoia ni nada similar, no me malentendáis. No digo que esto sea un movimiento dirigido por Heel, Boirón o el osteópata de la esquina. Lo que quiero apuntar es que si los mensajes que reciben nuestros hijos son que el esfuerzo no sirve de nada, que lo que es útil es estar bueno, darle toquecitos a un balón o gritar mucho en un plató, su formación se verá gravemente perjudicada. Serán ellos mismos los que se den cuenta de que no sirve de nada y se planteen que para qué van a seguir clavando los codos si para ganar dinero sólo hace falta saber dar voces en televisión. Y esto los convertirá en carne de cañón para pseudocientíficos diversos, brujos baratos y mermaos variados.

Éste es el camino que estamos tomando. Cada vez vemos más gente convencida por rollos new-age, por pseudoterapias variadas... Aunque los esfuerzos que se hacen consiguen controlar bastante el crecimiento de las chorradas que postulan algunos son ímprobos, no hay día que no veamos alguna memez nueva que nos sorprenda. Alguna brujería que salta a la palestra. Algún carísimo aparato que promete el oro y el moro.

Y si nos empeñamos en mostrar estos mesajes a nuestros jóvenes, no habrá nada que los defienda ante la estupidez y la mentira. Porque sin el conocimiento, que es el alimento de la razón, el espíritu crítico muere.

¿Es lo que queremos?

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