Hace unas semanas, como todos sabéis, cierto periolisto se infiltró con una banda de peluchistas en unas instalaciones en las que se crían y mantienen gorrinos para su posterior sacrificio y consumo humano. Fuera de las consideraciones de manipulación y falso periodismo que se pueden hacer al publirreportaje que le hizo a los vándalos que le acompañaban, quedó cierto poso de miedo. Y no solo porque la explotación ganadera perdiera a uno de sus principales socios. Sino porque mucha gente ha salido difundiendo el bulo, porque es un bulo, de que si antibióticos, que si hormonas... Lo típico, ya sabéis.
Así que por recomendación de mi hermanito Vary Ingweion le voy a dedicar unas líneas a este tema. Y lo voy a hacer basándome en este informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (la famosa EFSA) sobre el tema. Sí, es de 2015. Sí, ya va a hacer 3 años. Esto es así porque el informe tarda como un año en salir; éste se publicó en diciembre de 2016 y el de 2016 estará a punto de salir. Pero los métodos siguen siendo los mismos y la vigilancia también. Así que los resultados y los comentarios siguen siendo perfectamente válidos y, seguramente, han mejorado. Por lo que concluyo (y es una valoración personal) que el objetivo que tienen todos ellos (periolistos y peluchistas) es sembrar el miedo a comer.
Así que por recomendación de mi hermanito Vary Ingweion le voy a dedicar unas líneas a este tema. Y lo voy a hacer basándome en este informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (la famosa EFSA) sobre el tema. Sí, es de 2015. Sí, ya va a hacer 3 años. Esto es así porque el informe tarda como un año en salir; éste se publicó en diciembre de 2016 y el de 2016 estará a punto de salir. Pero los métodos siguen siendo los mismos y la vigilancia también. Así que los resultados y los comentarios siguen siendo perfectamente válidos y, seguramente, han mejorado. Por lo que concluyo (y es una valoración personal) que el objetivo que tienen todos ellos (periolistos y peluchistas) es sembrar el miedo a comer.