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lunes, 7 de marzo de 2016

¿Existe el VIH? (II): Evidencias físicas del VIH.

Proteína GAG del VIH ensamblándose y saliendo por gemación de la membrana
plasmática. Autoría: The Lingappa Lab & The Fred Hutchinson Cancer Research
EM facility, 2006. Fuente: https://depts.washington.edu/jaisril/microscopy/
La semana pasada comenzábamos una serie de ocho artículos que pretende dar respuesta a algunas de las personas que niegan la existencia del VIH y/o su relación causal con el SIDA. Comentábamos cómo se descubrió el virus y cómo, desde el mismo momento de su aparición, hubo un movimiento que se lanzó a una carrera para negar cualquier paso que se diera en la investigación relacionada con el VIH, negando su relación con el SIDA o incluso llegando a decir, bien que el VIH no era patógeno, como Peter Duesberg, bien que el SIDA se debía a otras circunstancias como la pobreza o el sexo homosexual, como el grupo de Perth.

Hoy vamos a tomar una de las alegaciones centrales de su negación: que no hay evidencias de la existencia del virus. Vamos a coger varias de estas evidencias físicas de la existencia del VIH y las iremos comentando poco a poco, desgranándolas con el fin de demostrar si el VIH existe y si su presencia se ha ido confirmando, y no sólo por haberse visto el propio virus, sino por otros métodos.

viernes, 18 de diciembre de 2015

Del orden y el caos


Alguna vez, seguro, habréis escuchado esa afirmación creacionista tan manida que dice que "del caos no puede surgir el orden", en referencia a que el Big Bang es imposible, que la evolución es imposible y demás chorradas. Pues bien, este post es para demostrarles que no tienen razón: existen en nuestro proteoma (y no sería arriesgar demasiado decir que en la inmensa mayoría de los mismos) unas proteínas peculiares que no poseen un plegamiento ordenado estable. Algunas, ni siquiera llegan a plegarse en absoluto. Y no sólo en situaciones patológicas, sino también en situaciones fisiológicas. Son las que llamamos proteínas intrínsecamente desordenadas.